La manipulación emocional, seamos víctimas o verdugos, repercute negativamente en nuestro bienestar psicológico. Si no conseguimos alejarnos de esa actitud tan dañina, nunca lograremos alcanzar la serenidad vital. En nuestro contexto actual, el principal objetivo de la existencia humana parece ser la obtención de ciertos bienes materiales. La herramienta que utilizamos para conseguirlos es la manipulación que, ejercida de manera consciente o inconsciente, ha pasado a desempeñar un papel fundamental en todos los ámbitos: desde el afectivo al profesional, pasando por el familiar o el social.
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