DATOS PDF | 541 KB | ESPAÑOL WEB DEL AUTOR: www.drwaynedyer.com Una persona que vive en un estado de unidad con la Fuente de la vida no parece distinta del resto de la gente; no está rodeada por ningún halo ni lleva ropa especial que demuestre sus cualidades divinas, pero, cuando te das cuenta de que esas personas van por la vida como seres afortunados que siempre tienen todas las oportunidades y empiezas a relacionarte con ellas, también te das cuenta de lo distintas que son en comparación con quienes viven en los niveles normales de conciencia. Habla unos momentos con esas personas conectadas a la fuerza de la intención y comprobarás su singularidad. Esas personas, a las que yo llamo conectores para resaltar su conexión armoniosa con el campo de la intención, son individuos que se han hecho accesibles al éxito. Resulta imposible que tengan una actitud pesimista ante lo que desean en su vida. En lugar de utilizar un lenguaje que indique que sus deseos quizá no se hagan realidad, se expresan con una convicción interior que transmite un conocimiento tan profundo como sencillo de que la Fuente universal lo proporciona todo. No dicen: «Con la suerte que tengo, no saldrán bien las cosas». Es más probable que de sus labios oigas las siguientes palabras: «Tengo la intención de crear esto y sé que funcionará». Por mucho que intentes disuadirlos señalando todas las razones por las que deberían ser menos optimistas, parecen completamente ciegos ante las repercusiones contrastadas por la realidad. Parece como si vivieran en otro mundo, un mundo en el que no se atienen a las razones por las que las cosas no funcionan. Si inicias una conversación con ellos sobre esta idea, dirán algo como: «Me niego a pensar en lo que no puede ocurrir, porque yo atraeré exactamente aquello en lo que pienso, así que solo pienso en lo que sé que puede ocurrir». No les importa lo que haya ocurrido antes. No se identifican con conceptos como «fracaso» o «imposible». Los conectores no sitúan sus pensamientos en lo que no desean, porque, como ellos mismos te dirán: «La Fuente de todo sólo responde con lo que es, y, lo que es, es suministro infinito. No puede tener ninguna relación con la escasez, o con que las cosas no funcionen, porque no es ninguna de esas cosas. Si le digo a la Fuente de todas las cosas: “Probablemente no funcionará, recibiré a cambio justo lo que le he enviado, y por eso sé que no debo pensar en otra cosa que en lo que es mi Fuente». A la persona media con miedo al futuro todo esto le sonará a chino. Le dirán a su amigo conector que se someta a una prueba de realidad y mire de una forma realista el mundo en el que vive. Las personas que se autorrealizan deben ser lo que pueden ser. Abraham Maslow
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